lunes, septiembre 24, 2007

"Las armas no producen democracia"



Luego de estar en el ojo del huracán por la reciente crisis del Polo Democrático Alternativo, el senador Gustavo Petro visitó la ciudad de Pereira para respaldar a los candidatos Douglas Montañez, al Concejo de Pereira y Carlos Mario Orozco, a la Asamblea Departamental, y de paso aprovechó para dar el mensaje de que ese episodio de fragmentación vivido al interior de la colectividad, ya es historia vieja.

Una historia que llevó hasta hace menos de una semana al presidente del Polo, Carlos Gaviria Díaz y al senador Petro, a protagonizar uno de los capítulos que dejaron en evidencia la división entre sus líderes, por culpa de la que consideraba el parlamentario, una tibia posición del partido frente a las actuaciones de las Farc.

Sin embargo y como lo aseguraron los directivos del Polo, la tormenta ya pasó y a pesar de que el mismo Petro admite que el episodio le generó varias noches de insomnio, hoy dice sentirse tranquilo porque “el Polo ha salido fortalecido y como lo dicen los estatutos del Partido, estamos en contra de la lucha mediante el uso de las armas”.

De la región, Gustavo Petro, afirmó que el Eje Cafetero se encuentra inmerso en una “narco burbuja”, de la cual tendrá que salir y con ese fin la izquierda democrática, representada en el Polo, está empezando a hacer la labor.

Afirmó el congresista que si las autoridades no hacen nada para hacer una verdadera investigación de la influencia del paramilitarismo y el narcotráfico en la región, pensaría en adelantar un debate como el del paramilitarismo en Antioquia, dirijido a la zona del Eje Cafetero.


Gustavo Petro considera que una forma de acabar con la intervención ‘para’ y mafiosa en la región, es retomar la economía cafetera.

¿Le cree a las cifras del crecimiento económico casi del 8% en el primer trimestre?

Sí se las creo, pero como economista las disecciono. Si se mira bien la composición de ese crecimiento es construcción, para estratos 5 y 6, ese el primer gran componente; el segundo es la industria manufacturera; y el tercero, los bancos, el movimiento financiero; entonces si se juntan esas tres cosas y al lado se coloca la revaluación del peso y se hace un análisis económico: la revaluación del peso sólo es posible si se inunda el mercado de dólares continuamente y en masa.

Eso es una burbuja porque la economía tiene una ley básica, que nace de la historia humana y es que la riqueza nace de la producción y ésta obviamente es trabajo. Si el nivel de ocupación de la gente está disminuyendo, pero la economía está creciendo, se está hablando es de una pompa de jabón, donde no se está enriqueciendo lo social, estamos consumiendo al debe y están llegando transferencias en masa que provienen de una renta, como la del narcotráfico.



¿Cree que ni siquiera las acciones policivas y judiciales en contra del narcotráfico, han logrado a su parecer disminuir la circulación del dinero mafioso?

Como buen economista y con los datos sé que el precio de la cocaína en pesos constantes en Colombia ha descendido, lo que significa que la oferta cocainera en el país ha aumentado.

Los dólares no los traen por un problema diferencial de tasas de interés, que es lo que un propietario de dólares lícitos en el mundo haría, es porque hay una confianza de los narcotraficantes para traer sus dólares.

Y esa confianza ha nacido de un hecho político, el gobierno negoció con los narcotraficantes en términos políticos y es toda la historia del proceso de los paras, y pueden decir que cogieron a Don Diego, que hay más de cuatrocientos narcotraficantes extraditados, pero yo diría que los principales propietarios de la cocaína están más fuertes que antes, tienen el poder político, en muchas regiones, incluido el Eje Cafetero.

Se puede decir que la gran fortaleza del narcotráfico y de ahí deriva su confianza, está en que tiene Estado, es su captura del Estado lo que lo empodera.

Eso que yo llamo el poder mafioso, en lugar de haber decrecido en Colombia, ha crecido, lo que pasa es que los propietarios, es decir, sus nombres propios son muchísimos, ya no es el gran cartel de Pablo Escobar. Cuando muestran a Don Diego como de un gran cartel, se piensa que se le dio un duro golpe al narcotráfico y no, Don Diego es el propietario de una pequeña parte de ese mercado.

Ese mercado se “democratizó” es decir, ya le pertenece a muchos y eso lo hace más peligroso que antes, no sólo porque es más difícil reprimirlo, sino porque tiene un efecto de devastación en la sociedad mucho más amplio. Mientras antes el narcotraficante era un tipo raro que todo el mundo lo identificaba por sus extravagancias, hoy el traqueto está entre nosotros y es un alcalde, un concejal, un fiscal o el jefe de la policía o el vecino. Eso no significa que los ciudadanos todos sean traquetos, pero sí los poderes reconocidos de la sociedad están traquetizados.



¿Se vive esta situación en el Eje Cafetero?

En la zona cafetera es visible, si se mira desde el aire y en el tiempo, casi que hay una batalla entre el cafetal y el potrero, la batalla la perdió el cafetal.

Eso que es visual y que puede ser muy simple, no indica nada más que la ‘traquetización’ del modelo económico, el potrero no produce nada, es simplemente una tierra que se convierte en caja de ahorros y en el lavado de activos del narcotraficante.

El cafetal era la economía del trabajo y siguiendo la pauta capitalista moderna, la riqueza sólo sale del trabajo, sin embargo pareciera que aún con la derrota del café que además ha sido impulsada desde el Estado, la economía crece.



¿Por qué dice que el final de la economía cafetera recae en el Estado?

El café es una derrota del Estado, primero por que no fue capaz de sostenerlo, si uno compara el papel de los gobiernos en ese entonces, incluido el de César Gaviria, y el de el gobierno de Venezuela alrededor de su principal producto de exportación que es el petróleo, se encuentra dos conductas complemente diferentes, mientras el gobierno colombiano permitió la ruptura del pacto de productores del café, el gobierno venezolano reconstruyó el pacto de productores del petróleo.

¿Cuál es la diferencia del efecto entre una y otra política?, en ese entonces el petróleo elevó su precio, teniendo en cuenta que no es lo mismo el petróleo que el café, este último sí lo vio desplomarse y al irse a pique pues la derrota fue para el sustento real de la economía cafetera.

La culpa fue del Estado, porque si la postura de los gobiernos tanto colombiano como brasileño de ese entonces, ambos de derecha y bajo idelogías neoliberales, hubiera sido diferente en el sentido de mantener el pacto cafetero, el precio del café no hubiera bajado en todos esos años y no solamente eso, sino que si esos países hubieran construido la estrategia de industrialización del café que es larga y sostenida, hoy seguro el mundo cafetero colombiano sería sustancialmente más rico y más poderoso y el potrero no le hubiera ganado al cafetal.



¿Cree que se pueda recuperar esa economía?

Veo que aún es recuperable y es un poco la propuesta que estamos lanzando desde el Polo, pues en la medida que el potrero le ganó al cafetal, el modelo político varió, así como las estructuras éticas de la sociedad, del joven que estudiaba, de la mujer que trabajaba con su máquina de coser, el campesino de azadón y de la industrialización que eso produjo a través de los dólares que ingresaban por la venta del café, con la democracia que eso construyó.

Pero el modelo del potrero es otro cuento, ahí no importa el libro, ni la máquina de coser, ni el azadón, hay es un ejército de jóvenes sicarios y un ejército de niñas modelos a las cuales sólo les sirve la belleza, que además se construye y se desecha.

La política regional deriva más hacia mafia pero creo que estamos en capacidad de reelaborar el pacto cafetero y deshacer lo que hicieron los dirigentes de esas épocas.

Para sacar el país de la guerra, pues hay que colocar las cosas en su derecho, si yo quiero construir paz, en lugar de estar enredándome sobre las balas y negociaciones con babas, yo tengo es que incluir el campesinado dentro de un modelo económico que le permita prosperar, en cierta forma usar la democracia como un extinguidor de la violencia.

Las armas no producen democracia, es un proceso paulatino pero seguro, que puede colocar a los violentos en una situación de real negociación o de destrucción, pero si yo debilito la violencia a través de la democracia que es la inclusión, sí puedo hacer que el cafetal le gane la batalla al potrero.



Cuando usted habla de que las Farc podrían reelegir a Uribe, ¿a qué se refiere?

Las Farc pueden hacer reelegir a Uribe y él se ha dado cuenta de eso y funciona. Las Farc intuyen que la democracia las acaba. De aquí al 2010, Uribe va a seguir manejando el tema de las Farc, las necesita vivas, si no se le acaba el tema y se termina el uribismo



¿El Polo no necesita de las Farc?

No las necesita, las puede acabar con el extinguidor de la democracia. Por ello es necesario hacer las reformas de inclusión, como se hizo en la Constituyente del 91, entonces se negocia desarme.



Su hoja de vida

Es un economista y político colombiano nacido en Zipaquirá , Cundinamarca . Su familia proviene de inmigrantes italianos radicados en el departamento de Córdoba. Fue militante del grupo guerrillero M-19, hoy desmovilizado, llegó a la Cámara de Representantes por ese movimiento en 1991 y actualmente es Senador de la República.

Estudió en el colegio de Hermanos de La Salle donde tuvo un periódico llamado Carta al Pueblo. A los 18 años se vinculó al Movimiento 19 de Abril (M-19) desempeñándose más en el campo político que en el militar. Durante su militancia en el movimiento se hizo líder popular logrando ser elegido como personero (1981) y concejal de Zipaquirá de 1984 a 1986.

Tras la desmovilización del grupo guerrillero, Petro se graduó como economista de la Universidad Externado de Colombia y realizó una especialización en administración pública en la Escuela Superior de Administración Pública.

Posteriormente, hizo un máster en economía, luego realizó posgrados sobre Economía y Derechos Humanos en Lovaina, Bélgica y adelantó un Doctorado en Nuevas Tendencias en Administración de Empresas en la Universidad de Salamanca.

Tras los comicios presidenciales del 19 de abril de 1970 , cuando la Alianza Nacional Popular (Anapo) acusó al Frente Nacional de fraude electoral, se originó en 1974 el movimiento guerrillero M-19. En 1978 dicho movimiento robó más de cinco mil armas del Cantón Norte en Usaquén, localidad al norte de Bogotá. Petro, que tenía 18 años, había proclamado su militancia y siendo elegido concejal de Zipaquirá, ayudó a esconder parte de las armas en dicho municipio, por lo cual sería capturado por el Ejército. Años más tarde el movimiento inició un proceso de paz con el gobierno y Petro se incluyó dentro de los desmovilizados.

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