lunes, septiembre 17, 2007

Las crisis del Polo

Por: Alfredo Rangel.

Columnista de EL TIEMPO.


Para un demócrata no es aceptable la ambigüedad frente a las Farc.


Muy preocupante la actitud de algunos miembros del Polo respecto a las Farc. "No son nuestros amigos, pero tampoco nuestros enemigos." Para un demócrata no es posible ni aceptable semejante neutralidad. Quienes sostienen esta posición dentro del Polo se escudan en varios esguinces retóricos. Veamos.


Todos los miembros del Polo, sin excepción, afirman que condenan la lucha armada y la violencia política. Pero mientras unos quedan satisfechos con este enunciado general y condenan solamente a una parte de las organizaciones que ejecutan esas acciones violentas -los paramilitares-, otros van más allá y condenan a las organizaciones de todo tipo -guerrillas y paramilitares-, por esas mismas acciones. La primera posición es incoherente y ambigua; la segunda es consecuente y leal con la democracia. No se puede condenar el narcotráfico y declararse neutral frente a los narcotraficantes, ni condenar los crímenes de guerra y declararse neutral ante quienes los cometen. Más aún, en términos éticos es insostenible declararse enemigo de unos y neutral ante otros.


Este no es un inocuo debate académico: tiene consecuencias políticas. Recordemos no más que ante el asesinato de los once diputados del Valle a manos de las Farc, el presidente del Polo, Carlos Gaviria, y su secretario general, Daniel García-Peña, emitieron un comunicado en el que no solamente no condenaron sino que ni siquiera mencionaron a las Farc como responsables, y a semejante masacre la llamaron eufemísticamente "muerte atroz". Esta incoherente ambigüedad de algunos dirigentes del Polo recuerda la actitud de muchos intelectuales frente a la barbarie del fascismo y del estalinismo: denunciaban y condenaban con virulencia la primera, mientras justificaban la segunda o callaban indulgentes ante ella.


Hay que recordarles a los neutrales frente a las Farc que esa organización ha asesinado, secuestrado, amenazado y desterrado a centenares de alcaldes, concejales, diputados y dirigentes de todos los partidos políticos en Colombia. Que son responsables de miles de delitos atroces y de crímenes de guerra, como asesinatos fuera de combate, masacres, secuestros, etc. Un demócrata no puede declararse neutral frente a esa organización o frente a cualquiera otra que haya realizado tantos crímenes contra la vida y la democracia.


Los neutrales se ocultan tras otro argumento inaceptable: que declararse enemigo de las Farc es oponerse a la solución política del conflicto armado y apostarle a la salida militar. Falso. Toda negociación de paz se hace entre enemigos, no entre amigos o neutrales. Se puede ser enemigo de las Farc y abogar por una solución política, negociada y honorable del conflicto. Se puede ser enemigo de las Farc y considerar inviable y onerosa una salida a partir del aniquilamiento militar del adversario. Se puede ser enemigo de las Farc y amigo de las reformas necesarias para la paz. Se puede ser enemigo de las Farc y estar dispuesto a darles la bienvenida a la democracia cuando abandonen la lucha armada y se sometan a las reglas de juego que surjan de un acuerdo de paz.


Y el último argumento es irracional, mezquino y torpe, pero es la razón de fondo que impulsa a muchos de los neutrales: para ellos, criticar a las Farc es ayudar al gobierno de Uribe, al que consideran el único y real enemigo. Curiosa posición para un demócrata: neutral frente a los enemigos de la democracia, pero enemigos (no solo opositores) de un gobierno legítimamente constituido. Pobre Polo. Su futuro es incierto si no hay dirigentes prudentes y leales con la democracia que lo rediman de semejante extremismo tan insensato. Pero si prevalece la neutralidad, creo que, mientras existan las Farc en armas, el Polo podrá ganar alcaldías, pero no tendrá ninguna opción de poder nacional. El pueblo colombiano defiende la democracia y sabe quién está con ella y quién está contra ella. Y no acepta un Polo neutro.


alfredorangelsuarez@yahoo.com

Alfredo Rangel

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